Gracias al denodado esfuerzo de un grupo de periodistas, encabezados por Jesús Alvarado Mendizábal, quien posteriormente sería el afiliado número 1, el Congreso de la República aprobó el 2 de octubre de 1990 el Decreto 56-90, por medio del cual se creó el Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP).
Es el mismo afiliado fundador Alvarado Mendizábal, y muchos periodistas más que han visto sus enormes beneficios, quien calificó esta creación como la mayor conquista para el gremio periodístico, el cual hasta ese entonces había estado en desamparo y tenía muy pesimistas perspectivas para el transcurrir de los últimos años de vida de sus miembros.
En Guatemala siempre se han pagado bajos salarios a los periodistas y solamente algunos medios escritos han cumplido con sufragar el salario mínimo o más a sus trabajadores. Por ello, eran pocas las expectativas para que quienes viven del periodismo pudieran formar un capital o un patrimonio que les permitiera vivir con dignidad los últimos años de su vida.
Fue entonces gracias al trabajo de la comisión presidida por Alvarado que se logró que un grupo de diputados respaldara la creación del IPSP, el cual ha sido una tabla de salvación para muchos periodistas, quienes ahora pueden obtener una serie de beneficios que antes eran impensables.
Quienes son parte del Instituto, gozan ahora de una serie de prestaciones que les ayudan a no pasar tantas penurias, como la prestación por cesantía, servicio médico en la clínica de la sede –además de un plan piloto que se está implementando en estos días de un médico que acuda a casa de los afiliados que por una u otra razón tienen impedimento para movilizarse a la clínica-.
También el Instituto brinda soporte económico para gastos en medicamentos y de hospitalización, pensiones escalonadas y pensiones por retiro, auxilio por fallecimiento e incluso hasta se cuenta con un panteón para inhumar a los afiliados que no tienen espacio en un cementerio.
A lo largo de los casi 25 años que tiene de creado el IPSP, muchos han sido los beneficios que ha otorgado a sus miembros, quienes ahora pueden tener una mejor calidad de vida en el ocaso de sus vidas. Es importante señalar que estas prestaciones se encuentran reguladas y que hay otros beneficios que se han agregado.
No obstante hay retos que aún persisten. Por ejemplo, que más periodistas, sobre todo de los departamentos, se afilien para poder gozar en el futuro de los beneficios sociales que ofrece y también, mejorar la recaudación del Timbre de Prensa.
Los afiliados al IPSP aportan un tres por ciento del salario que devengan para contribuir a las finanzas, lo que se une a lo recaudado por el Timbre de Prensa y que son la parte fundamental para mantener a flote al Instituto.
En este espacio que iniciamos, esperamos compartir con ustedes algunas historias de vida de afiliados que fueron beneficiados con estas prestaciones, las cuales se consideran una bendición a la que todos debemos contribuir para que persista muchos años más y así alcance a muchos más afiliados.
Precisamente lograr que más periodistas se afilien al Instituto es una de las metas del actual Consejo Directivo y ello se puede lograr con una pertinente divulgación de su razón de ser, de los beneficios que otorga y con un ejercicio de mandato donde prevalezca lo humano, sin peleas internas y con la proyección hacia los próximos años.
Guatemala, agosto de 2015.